Las moscas típicas (Muscidae y familias próximas), como todos los dípteros, poseen un cuerpo dividido en tres regiones o tagmas: cabeza, tórax y abdomen.
Poseen ojos compuestos por miles de facetas sensibles a la luz que limpian constantemente con sus patas, tienen piezas bucales adaptadas para succionar, lamer o perforar.
Solo tienen dos alas, las alas posteriores están reducidas a unas estructuras llamadas balancines, que actúan como estabilizadores del desplazamiento.
Tienen un cuerpo cubierto por numerosas sedas sensoriales con las que pueden saborear, oler y sentir.
Las moscas pueden ser origen de salmonelosis, shigelosis e infección por Campylobacter debido a una cierta predilección por sustancias orgánicas en descomposición, aguas residuales, basuras y heces.
Actúan como vector de contaminación y transportan millones de microorganismos.
La cocina es uno de los hábitats donde pueden actuar las moscas, por lo que es necesario tomar medidas oportunas para evitar su proliferación.
Provocan graves enfermedades en los ganados.
Medidas de control de moscas
Evitar acumulaciones de basura y mantener siempre su contenedor para que las moscas no entren en contacto con ella.
No almacenar alimentos al aire sin protección, como fruta, dulces, piezas de embutido.
Cocinar con las ventanas cerradas.
Proteger con mallas todas las ventanas de las zonas de circulación de alimentos. La luz de la malla debe impedir la entrada de insectos.
Evitar que se formen zonas con humedad.
Uso de insecticida en función del grado de infestación, características del lugar, toxicidad del insecticida, equipo para realizar la aplicación y la capacidad residual del producto.